Después de 30 años de atender e investigar cómo acercarse al final de un ciclo y el reinicio de otro de acuerdo con los momentos cósmicos y planetarios, determinados predominantemente por el sol y la luna frente a nuestra posición planetaria y el fondo cósmico, fuimos descubriendo la manera de que estos momentos de renovación pudieran quedar como improntas disponibles en los vehículos de agua y alcohol, gracias a los principios que nos otorga la geometría. Entonces durante los años 2019 al 2022, y sobre todo durante todo el 2020 favorecidos por la gran oportunidad de la complejidad del momento cósmico y planetario, junto a un “tiempo disponible” nos dedicamos a “descargar” los momentos presentes de cada una de las lunas nuevas y llenas, los ciclos solares de cada mes, de cada “cambio y renovación” tal cual como lo notamos en la tierra durante los solsticios, así como los eclipses y demás acontecimientos cósmicos, junto a 108 momentos de cambio, contenidos en las 27 Nakshatras de la luna, de la tradición vedanta.

¿Qué son las esencias de ciclos y ritmos?

Son preparaciones sutiles que contienen improntas de momentos de renovación de los diferentes ciclos a los que nuestro planeta se expone durante un determinado periodo de tiempo.

¿Para qué sirven?

Entendiendo el crecimiento humano desde la óptica de la adaptación o de la evolución, las esencias de ciclos y ritmos son para la evolución dentro de un mundo que está demandando cambios, estas esencias permiten dar saltos evolutivos, desarrollando aspectos del ser desconocidos. Son como permitirse un salto al vacío, en donde uno puede ver cómo la mente lo empuja a vivir la vida de una forma diferente, mostrándonos otras propuestas para recorrer el camino de la vida, viviendo un día a la vez, brindándonos como propósito final descubrir nuestros dones y talentos para ponerlos al servicio de los demás.