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LAS POLARIDADES VIENEN EN DOS Y ESTÁN EN TI

No podíamos hablar de las polaridades en un escrito, necesitábamos DOS, para ser consecuentes con la polaridad. Tal vez estas letras puedan proporcionar mayor luz en la comprensión del tema, aunque tomemos el riesgo de acercarnos más a la oscuridad, por la profundidad del mismo.

Aun así, atrevámonos a explorar el concepto nuevamente y empecemos por reconocer que nuestra percepción del mundo se basa en lo polar. Ejemplos visibles son: el día y la noche, la luz y la oscuridad, el fondo y la forma, lo activo y lo pasivo, etc. A nivel biológico nos encontramos con la inspiración y la espiración, el ritmo cardíaco con su movimiento de sístole y diástole, el sueño y la vigilia, la ingestión y la evacuación, etc. Y a nivel psicológico, consciente e inconsciente, entre otros.

EL ARQUETIPO Y LA UNIÓN DE OPUESTOS

De otra parte, el arquetipo abraza a las polaridades y por eso puede ser ambivalente y paradójico, abarca tanto el espíritu como la naturaleza, la psique y la materia, la conciencia y la inconsciencia. Tiene una manifestación positiva y una negativa, un activo y un pasivo, una luz y una sombra. En él, el sí y él no, son UNO. 

Para el arquetipo, no hay día ni noche, sino un amanecer continuo, porque la paradoja es parte de su esencia. Entonces, el surgir de opuestos del arquetipo ocurre al dividirse en polos cuando entra en la conciencia del yo. Desde ahí, somos capaces de ver una parte, una cara de la moneda. Es como si empezáramos a ver la forma, pero perdiéramos el fondo. Entra la luz y olvidamos la oscuridad. Desaparece el amanecer, el día rompe con la salida del sol y la noche queda atrás.

CORTAR Y UNIR

¿Y, donde está la unidad?  El arquetipo con su potencial para sostener la ambigüedad nos ayuda a acercarnos a una comprensión de la unidad. De manera que, con este enfoque, podemos aventurarnos a hacer el proceso contrario, en busca de una visión más amplia. 

Primero, recordamos que nuestra consciencia diaria habitual capta solo una parte de lo percibido y lo convierte en un polo, una mitad de la polaridad. Así, reconocemos que como afirman la psicología y las tradiciones espirituales, la base ontológica de la polaridad es la conciencia del yo. Podemos ver a esa consciencia del yo como unas tijeras cuya función es cortar todo en dos, mientras recrea la realidad. Al mismo tiempo, podemos recordar que esa polaridad es solamente un potencial dentro del arquetipo, que en esencia, no está dividido en dos polos. Así que podemos recomponerlo. 

Para lograrlo, hacemos uso de la polaridad y mediante la interacción de sus opuestos podemos trascender y acceder a la dimensión pura integradora que está más allá de los pares. Esa búsqueda del equilibrio y complementariedad de los opuestos nos permite una elevación de la consciencia hacia el principio fundamental (UNIDAD) que dio lugar a los pares. Esto a nivel físico, nos facilita la sanación, a nivel psicológico la integración, a nivel artístico, la creatividad y así sucesivamente.  

LA ASTROLOGÍA COMO HERRAMIENTA DE INTEGRACIÓN

La astrología se puede entender como un lenguaje que nos permite aproximarnos a la integración, a través del estudio de las polaridades. Es relativamente más fácil reconocer lo que es afín a nosotros y negar o poner en los demás o en las experiencias, aquello que no podemos ver en nosotros mismos. Una forma sencilla de experimentar lo anterior es pensar en tu sol de nacimiento. Por ejemplo, si eres Libra te gusta compartir con los otros y te preocupas por ellos. Sin embargo, es probable que te cueste manifestar tu signo opuesto y ver las cualidades de Aries, el cual nos habla del reconocimiento de sí mismo y sus propias necesidades. Poder asimilar los dos como una unidad que contiene un potencial valioso, se convierte en una guía que te facilita ampliar la comprensión de ti mismo.

Si eres Tauro te queda más fácil conservar y ser estable en tus proyectos, pero probablemente te sea difícil reconocer la importancia del cambio, la transformación y el movimiento continuo de la vida, lo cual se relaciona más con tu signo opuesto: Escorpio.

Si eres Géminis tienes una apertura mental que te permite explorar diversos temas, pero es posible que no te sientas atraído por largas reflexiones filosóficas o pensamientos abstractos, lo cual está más relacionado con tu signo opuesto: Sagitario. 

Tenemos seis polaridades cuando se trata de hacer un análisis desde la perspectiva de los doce signos del zodiaco. Estas son: Aries/Libra, Tauro/Escorpio. Géminis/Sagitario, Cáncer/Capricornio, Leo/Acuario y Virgo/Piscis. Con esta información podemos mirar el opuesto a nuestro signo y empezar a explorarlo, como un potencial que, lejos de ser ajeno a nosotros mismos, es nuestro complemento, un espacio para conquistar aquello que está oculto a nuestros ojos y que nos va a llevar al camino de la integración.

Olga Lucia Toro

Astróloga.

Psicóloga y Periodista, U. Sabana. 

Master In Mental Health, FAU.

7 de junio de 2024

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