Los imanes tienen dos polos magnéticos… Norte y sur que son inseparables. Si cortamos un imán por la mitad, el resultado que tendremos serán dos imanes, cada uno con sus dos polos. Así, la naturaleza nos enseña la ley de inseparabilidad de los polos. Este concepto es ampliamente empleado en la psicología junguiana y en la astrología. Acompáñame a explorar cómo los imanes nos pueden ayudar a entendernos a nosotros mismos.
A nivel psicológico la psique se divide principalmente en consciente e inconsciente, en una relación compensatoria. Tenemos un inconsciente personal donde guardamos los contenidos olvidados o reprimidos y uno colectivo que es innato y se comparte a través de las culturas. De modo que si aplicamos la ley de la inseparabilidad de los imanes, no podemos concebir el consciente sin el inconsciente, ni el inconsciente personal sin su relación con el inconsciente colectivo.
En lo referente a la astrología, no podemos hablar de un signo zodiacal como el portador de características exclusivamente positivas o negativas. Al contrario, el signo zodiacal se puede entender como un arquetipo que teóricamente no está dividido en dos polos, sino que representa en esencia la inseparabilidad de los opuestos. Por ejemplo, el signo de Aries aporta decisión y franqueza, entre otras cualidades, pero al mismo tiempo puede dar impulsividad e impertinencia que llevan a la persona a experimentar dificultades en su trato con los otros. O Tauro que sea asocia con la perseverancia, pero que así mismo puede expresar obstinación. Lo mismo sucede con cada uno de los otros signos que son como los polos opuestos de un mismo imán, al entenderlos desde una lectura arquetípica.
Una aproximación sencilla a los arquetipos es pensarlos como patrones universales y simbólicos de pensamiento y comportamiento que se encuentran en el inconsciente colectivo y a través de los cuales podemos comprender la evolución. En ellos, la polaridad primaria o división de opuestos se expresa solo como un potencial. El arquetipo es ambivalente y paradójico, abarca tanto el espíritu como la naturaleza, la psique y la materia, la conciencia y la inconsciencia, el ánima y el animus. En su contexto, el sí y él no, son uno. Desde su perspectiva no hay día ni noche, sino un amanecer continuo. La oposición inherente dentro del arquetipo se divide en polos solamente cuando entra en la conciencia del yo. Y es desde esa consciencia, donde podemos distinguir las polaridades.
Volviendo a la visión astrológica, todos tenemos una carta astral que contiene todos los signos: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpión, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis. Y aunque nos cueste asimilarlo, las tendencias positivas de cada uno de ellos y sus respectivas polaridades están en nosotros. Nuestra carta astral está hecha con base en la fecha, hora y lugar de nacimiento y se esquematiza como un gran mándala donde tenemos la presencia de todos los signos.
Al mismo tiempo, cada signo tiene su opuesto o contraparte que constituye un eje. Así, Aries/Libra, Tauro/Escorpión, Géminis/Sagitario, Cáncer/Capricornio, Leo/Acuario y Virgo/Piscis forman parejas de opuestos complementarios que nos permiten un acercamiento a la unidad, una posibilidad de hacer consciencia de los excesos o las deficiencias en un extremo o el otro y una opción para adentrarnos en la búsqueda del equilibrio. Un balance que está en continuo movimiento, pero que cuando se desestabiliza excesivamente, puede afectar nuestra vida a todos los niveles (físico, emocional, mental, espiritual, entre otros.
Por ejemplo, el eje Aries/Libra, con un desequilibrio muy marcado, puede llevar a nivel psicológico a una mala gestión del enojo, a nivel físico a dolores de cabeza y problemas oculares o de oídos. O en el opuesto, a falta de asertividad y baja autoestima a nivel psicológico, o problemas de riñones o lumbares a nivel físico, entre otros. Con lo cual la búsqueda del equilibrio entre los opuestos se presenta como una solución relativamente sencilla a problemas que pueden ser muy complejos. Entonces, cuando más comprendemos este principio de la polaridad, más podemos aplicarlo en todos los aspectos de nuestra vida.
Con estas ideas, te invito a explorar las polaridades en tu vida, a descubrir la ley de inseparabilidad de los polos en ti y a reflexionar en esta frase del Kybalion: “Todo es dual, todo tiene polos; todo su par de opuestos; los semejantes y desemejantes son los mismos; los opuestos son idénticos en naturaleza, difiriendo solo en grado; los extremos se tocan; todas las verdades, son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse”.
Olga Lucia Toro
Astróloga.
Psicóloga y Periodista, U. Sabana.
Master In Mental Health, FAU.
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