Está llegando la primavera al hemisferio norte y con su llegada la naturaleza se renueva, las plantas, empiezan a florecer, renacer después del invierno y los animalitos a salir para disfrutar de ella. La primavera llega con la entrada del sol en Aries y el equinoccio de primavera, un momento en que el día y la noche tienen la misma duración, un momento de equilibrio dinámico que poco a poco nos irá llevando al día más largo del año al iniciar el verano. Reconocer estos momentos nos permite alinearnos con los cambios que rigen la vida en la tierra y a su vez abrirnos a la dimensión mayor, de la que nuestro planeta forma parte.
A nivel psicológico, la llegada de la primavera nos da la oportunidad de aventurarnos a emprender nuevos proyectos, manifestar nuestros talentos, sembrar semillas de bienestar y felicidad en nuestra vida y atrevernos a explorar nuevas fronteras a todos los niveles. Es un momento que marca el inicio de un nuevo ciclo y con ello, la posibilidad de centrarnos en el aquí y ahora e iniciar acciones concretas para generar cambios en nuestra vida.
Por su parte, la entrada del sol en Aries nos da la posibilidad de sentirnos más vitales y reconocernos a nosotros mismos como gestores de nuestro propio cambio, nos da la posibilidad de arriesgarnos a ser quienes vinimos a ser y a permitirnos expresar las características que nos hacen únicos. Cada uno de nosotros tiene unos talentos específicos que vinimos a manifestar en este mundo y la alegría de reconocerlos y ponerlos a funcionar está en nuestras manos.
Con el equinoccio de primavera, nos llega el equilibrio entre el día y la noche. Este equilibrio, nos da la oportunidad a nivel psicológico, de explorar nuestro mundo consciente e inconsciente, reconocer los tesoros en las situaciones que nos desafían y abrazar las capacidades que tenemos y no nos atrevemos a expresar. Para lograrlo, es importante detenernos y entrar en nuestro interior, hacer un balance de los desafíos que enfrentamos y las oportunidades que tenemos y desde allí reinventarnos, ser quienes soñamos ser y no nos hemos atrevido a manifestar.
Hoy en día, la visión del ser humano ha llegado a espacios inimaginables. En el presente, tenemos telescopios que nos permiten explorar otros planetas y lugares muy alejados, enviándonos imágenes a diario. Estamos a punto de entrar en una nueva consciencia. En 1869 el biólogo alemán Ernst Haeckel acuñó el término ecología y la definió como el estudio de la interdependencia y la interacción entre los organismos vivos y su ambiente. Con ello, la humanidad empezó a reconocer su relación con el medio ambiente. Probablemente, el próximo paso, sea reconocer la profunda conexión que tenemos con el cosmos y como diría Carl Sagan “darnos cuenta que somos polvo de estrellas reflexionando sobre las estrellas”
Olga Lucia Toro
Astróloga.
Psicóloga y Periodista, U. Sabana.
Master In Mental Health, FAU.
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